De mi nuevo lugar favorito.


Hace mucho, pero mucho tiempo que no encontraba un lugar al que quisiera volver cada semana. Un rincón en el cual poder ir a leer, a trabajar, a beber café, a comer un postre rico, o a platicar con alguien querido. Y ustedes pensarán que todo eso se puede hacer en cualquier café o restaurante. La diferencia con Casa Tassel es su calidez, sus pequeños detalles y un ambiente que te hace sentir como en casa.

En una ciudad en donde cada vez nos invaden más las cadenas y su producción y servicio en serie, en donde los pequeños cafés han sido devorados por una Sirena y por menús uniformes, entrar en un lugar que te hace sentir que viajas en el tiempo y el espacio (bien podría uno estar en Europa o en un México de hace muchos, muchos años) es algo que se valora desde la vista, pasando por el paladar y llegando hasta el corazón.

Ubicado en la Col. Roma, este salón de té es un lugar al que hay que llegar caminando por casualidad, o con todo el propósito del mundo después de que alguien te lo haya recomendado. Es pequeño pero está perfectamente bien planeado. Es completamente acogedor. Desde el nombre, (Casa Tassel es la primera construcción del tipo Art Nouveau y está ubicada en Bélgica), hasta los adornos y los estantes que asemejan a una antigua casa de té. 

Las teteras y las tazas, los objetos de las mesas, el mobiliario; todo es un respiro color de rosa para un mundo que se nos pone cada vez más gris. La música completa el cuadro. Tenue. Ligera. Un poco de jazz. Lejos de lo que sucede afuera. Lejos de los discos de música lounge.

Desayunos, crepas, pasteles, alfajores, bebidas deliciosas hechas con el popular té matcha, entre otras cosas, es algo de lo que Casa Tassel le ofrece a sus visitantes, junto con el plus de un excelente servicio que no sólo te invita a quedarte sino a volver. 

Así que si tienen una hora libre, ya sea solos o en compañía, pasen por ahí y viajen hacia tiempos mejores tomados del asa de una taza de té.

Casa Tassel
Córdoba 110
Col. Roma
L -S 10 a 21 hrs





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Chocolates!

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Verónica Gsm
Fanática de la utopía y cursi de clóset. Nómada. Creo en lo que no cree casi nadie y desconfío de aquello en lo que creen muchos. Mi alter ego se llama Violetta. Nunca me he enamorado a medias; me enamoro o no y cualquiera de las dos, se me nota. Algo Facebookera pero muy Twittera. Me gustan las historias ajenas y las frases sueltas. No corro, no grito y no empujo. Terca como mula y aferrada como capricornio. Cuando el mundo se me enreda, camino y si se me pone muy de cabeza, tomo una maleta y me voy a dar el rol. Tengo adicción por los mensajes de texto y/o las visitas inesperadas a deshoras de la noche; por NY, por San Cris, por los "chick flicks", por los libros de Angeles Mastretta y por los chocolates con mazapán de Sanborns. De vez en cuando practico el autoboicot. Escribir es el saco que me cobija y a veces ese saco le queda a alguien más.

Fologüers.