Interpretar la pandemia.
Contesto el teléfono, alguien quiere pagar su servicio de agua. Contesto el teléfono, alguien quiere reservar un hotel en Las Vegas. Contesto el teléfono, escucho el latido fuerte y claro de un bebé que está a punto de nacer. Contesto el teléfono, hay alguien a quien no le entiendo lo que dice ni en español porque acaba de tener un derrame cerebral. Contesto el teléfono, una doctora me dice que me prepare, que la llamada que conectaré será una llamada "difícil" de COVID19. Sé que voy a avisarle a alguien que uno de sus seres queridos: esposo, papá, mamá, hermano, hijo, está a punto de morir. Así han sido al menos cinco horas de mi día, de lunes a viernes, y a veces hasta en sábado o domingo. En un timing perfecto, el año pasado, después de renunciar a un lugar que me daba más dinero seguro que felicidad, encontré este empleo de interpretación que me ha regalado el año más emocional - laboral de mi vida. Ya lo había hecho antes, hace unos 4 años, con otra empresa, pero no dura