De La Humilde Opinión.
Estoy en proceso de adoptar la costumbre de tomar la bici los domingos y echarme el paseo ciclista completito sola, el cual incluye unos 35 km y unas 1,000 calorías que no quemo ni nadando dos horas a la velocidad que me da este cuerpecito de 1.60 metros. Hacer esto antes de empezar la semana me relaja, me reconecta y me permite pensar en todo y nada. Se parece mucho a viajar sola, pero en versión express. Este domingo volví a hacerlo. Una hora después de salir de casa estaba llegando a La Villa y tomando mi foto triunfante, que minutos después bien pudo convertirse en una imagen antes de la “tragedia”. Pero hasta ese momento todo estaba en orden; el clima, el ritmo, las calorías, el estado de ánimo, la música en mi audífono. Cuando acababa de pasar la Fundación Mier y Pesado, un edificio que el tiempo dejó ahí intacto y en medio del caos, venía a la buena velocidad que la Calzada de l os Misterios lo permite, venía también haciendo planes con un trabajo que todavía ni me dan. En es