De algunas veces...




A veces soy bruja y otras cuantas, pocas, dejo que me embrujen, me convierto en la serpiente encantada y bailo a ojos cerrados. 


A veces soy fiesta, río y sonrío sin discriminación, camino por las calles como si fueran nuevas y me siento idem.

A veces soy silencio y callo porque no he aprendido a gritar sin romper lo mismo madres que corazones, porque sólo sé medirme en mis silencios.

A veces soy un montón de palabras y a veces estas dicen poco de lo mucho que pasa. Entre más escribo, más sucede y entre menos escribo, más me pasa.

A veces creo en lo que no cree nadie y a veces me da por intentar creer en lo que creen todos y terminar sintiéndome rara.

A veces me imagino cosas y otras tantas me obligo a ver realidades. A veces soy dura conmigo y unas cuantas más soy permisiva con los demás.

A veces escribo sin motivo, cosa que nunca me pasa con los besos. A veces los motivos para esos besos tienen que ver con quien los recibe y otras con quien yo quisiera que los recibiera.

A veces duermo temprano y en paz y otras veces lucho contra mis propios demonios a ojos abiertos y con relojes lentos pero sin pausa.

A veces escribo mensajes y los borro, a veces aprieto "enviar" con los ojos cerrados, prediciendo la hecatombe; a veces sonriendo, a veces con el estómago hecho nudo.

A veces me gusta el espejo y otras me peleo con él porque si no, no tiene chiste; porque si no gana la rutina.

A veces, como hoy, escribo sin verso ni prosa, sin sentido ni destinatario. A veces.



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Chocolates!

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Verónica Gsm
Fanática de la utopía y cursi de clóset. Nómada. Creo en lo que no cree casi nadie y desconfío de aquello en lo que creen muchos. Mi alter ego se llama Violetta. Nunca me he enamorado a medias; me enamoro o no y cualquiera de las dos, se me nota. Algo Facebookera pero muy Twittera. Me gustan las historias ajenas y las frases sueltas. No corro, no grito y no empujo. Terca como mula y aferrada como capricornio. Cuando el mundo se me enreda, camino y si se me pone muy de cabeza, tomo una maleta y me voy a dar el rol. Tengo adicción por los mensajes de texto y/o las visitas inesperadas a deshoras de la noche; por NY, por San Cris, por los "chick flicks", por los libros de Angeles Mastretta y por los chocolates con mazapán de Sanborns. De vez en cuando practico el autoboicot. Escribir es el saco que me cobija y a veces ese saco le queda a alguien más.

Fologüers.