De la nada y otros abismos nocturnos

Compartir la piel, el cansancio, las horas... nada

Compartir el despertar, las primeras horas del día y los últimos minutos de la

madrugada... nada

Compartir el pan y el vino, las palabras, las anécdotas, las recién estrenadas frases

de complicidad... nada

Verse, sentirse, conocerse  y reconocerse desnudos... nada

Descubrir el abrazo en un molde que parece perfecto, sincronizar las piernas, las

manos y la respiración... nada

Buscar, explorar, reaccionar, retorcerse, ir y venir... nada

Combustionar las miradas, las pasiones, las risas y los planes... nada

Pelearse los silencios, el poder, los miedos, las ausencias y los dos dígitos de la

añoranza... nada

Días de todo, horas de nada.


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Chocolates!

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Verónica Gsm
Fanática de la utopía y cursi de clóset. Nómada. Creo en lo que no cree casi nadie y desconfío de aquello en lo que creen muchos. Mi alter ego se llama Violetta. Nunca me he enamorado a medias; me enamoro o no y cualquiera de las dos, se me nota. Algo Facebookera pero muy Twittera. Me gustan las historias ajenas y las frases sueltas. No corro, no grito y no empujo. Terca como mula y aferrada como capricornio. Cuando el mundo se me enreda, camino y si se me pone muy de cabeza, tomo una maleta y me voy a dar el rol. Tengo adicción por los mensajes de texto y/o las visitas inesperadas a deshoras de la noche; por NY, por San Cris, por los "chick flicks", por los libros de Angeles Mastretta y por los chocolates con mazapán de Sanborns. De vez en cuando practico el autoboicot. Escribir es el saco que me cobija y a veces ese saco le queda a alguien más.

Fologüers.