De la nada y otros abismos nocturnos
Compartir la piel, el cansancio, las horas... nada
Compartir el despertar, las primeras horas del día y los últimos minutos de la
madrugada... nada
Compartir el pan y el vino, las palabras, las anécdotas, las recién estrenadas frases
de complicidad... nada
Verse, sentirse, conocerse y reconocerse desnudos... nada
Descubrir el abrazo en un molde que parece perfecto, sincronizar las piernas, las
manos y la respiración... nada
Buscar, explorar, reaccionar, retorcerse, ir y venir... nada
Combustionar las miradas, las pasiones, las risas y los planes... nada
Pelearse los silencios, el poder, los miedos, las ausencias y los dos dígitos de la
añoranza... nada
Días de todo, horas de nada.
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