Del factor sorpresa, lo inesperado y otros asuntos vitales...

¿Qué pasaría si hubiera un método para saber con certeza, a ciencia exacta, lo que nos va a pasar en el futuro, ya sea inmediato o no (tan) inmediato? Si el tarot, las runas, el café, las líneas de la mano y demás, de verdad nos dijeran con lujo de detalle para dónde van nuestras vidas, cómo, cuándo y con quién. Bueno, esta que escribe sólo puede pensar en una palabra: BORING

Ahora bien, no puedo negar que mi signo, su ascendente, mis genes, mi personalidad y demás, conspiran en mi contra y me convierten en una fémina un tanto controladora, desde lo laboral -no sé delegar-, hasta lo personal -no sé esperar. Pero, tampoco puedo negar que tengo una adicción casi enferma por las sorpresas más mínimas, que pueden ir desde un mensaje no esperado, hasta cualquier cosa que se le ocurra a sus cursis y perversas mentes. En pocas palabras, me gusta la gente que sorprende para bien en cualquiera de sus modalidades. Y para efectos de sorpresas me cotizo tan barato que hasta un "Me gusta" de Facebook puede resultar un detallazo dependiendo de quién provenga.

Dado que soy mala con los finales, es casi obvio decir que soy fanática de los reencuentros; que creo mil veces más en los encuentros furtivos que en los "Te voy a presentar a alguien...", que mi idealismo no me da para creer que los "set ups" los hacen los humanos, sino algún tipo de magia que nadie entiende hasta que la vive. Ese pequeño instante en que de la nada, VES a alguien, en toda la extensión que esa palabra pueda tener.

Quizá sea por todo lo anterior que una de mis frases favoritas es aquella que dice "Lo que es para ti, aunque te muevas; Lo que no es para ti, aunque te pongas". El verbo "fluir" es  sin duda uno de los más evidentes porque simple y sencillamente -nos guste o no- sucede o no sucede. Cuando las cosas, sea lo que sea, hacen "Click", el sonido es tan fuerte que no caben las dudas. Así mismo, cuando el "Click" simplemente no existe, el silencio es tan profundo que le caben todas las dudas que seamos capaces de crear para justificar nuestra frustración ante ello, pero en el fondo... uno siempre sabe.

Una vez mi Diablo me dijo, en algún viaje a acampar y en su ya conocido y querido por mi estilo metafórico, que los ríos fluyen cuando el agua es limpia, pero que cuando hay cualquier tipo de basura, esta se acumula hasta estancarlo y contaminarse poco a poco. 

Como yo siempre digo, apliquen lo anterior a su gusto. El radar de la fluidez es personal, 100% personal, y más claro, ni el agua.

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Verónica Gsm
Fanática de la utopía y cursi de clóset. Nómada. Creo en lo que no cree casi nadie y desconfío de aquello en lo que creen muchos. Mi alter ego se llama Violetta. Nunca me he enamorado a medias; me enamoro o no y cualquiera de las dos, se me nota. Algo Facebookera pero muy Twittera. Me gustan las historias ajenas y las frases sueltas. No corro, no grito y no empujo. Terca como mula y aferrada como capricornio. Cuando el mundo se me enreda, camino y si se me pone muy de cabeza, tomo una maleta y me voy a dar el rol. Tengo adicción por los mensajes de texto y/o las visitas inesperadas a deshoras de la noche; por NY, por San Cris, por los "chick flicks", por los libros de Angeles Mastretta y por los chocolates con mazapán de Sanborns. De vez en cuando practico el autoboicot. Escribir es el saco que me cobija y a veces ese saco le queda a alguien más.

Fologüers.