Quemar las naves


Nuevo año... 2012... Nuevo año de vida para mi en menos de 24 horas... Adiós piso 31...

La cuenta regresiva del sábado nos recordó a todos que algo llegaba al final y que venía en camino la oportunidad de un nuevo principio. No sé ustedes, pero a mí ese 10...9...8... invariablemente me provoca ganas de berrear y rara vez me las aguanto. Cuando he recibido el año nuevo feliz, me han dado ganas de llorar de felicidad; cuando lo he recibido no taaan feliz, me han dado ganas de llorar de melancolía... En fin, el resumen es que soy una pinche cursi.

Pensando en los principios y los finales (estos últimos que me son cada vez más imposibles) vino a mi mente la frase que titula esta entrada. Tenía una vaga idea de su significado, pero lo que encontré gracias a Google, me cayó como anillo al dedo. 

Lo dejo aquí sin más explicación, sean ustedes tan amables de interpretar lo que mejor les convenga, ya con leer están haciendo suficiente.

"Arden las naves en las costas de Veracruz. Un hombre, de pie sobre la arena, contempla su decisión. Ya no habrá vuelta atrás. No será posible retroceder ni desistir. La suerte está echada

Se dice "Quemar las naves" para indicar que no conviene dejar abierta una posibilidad o para prevenir una actitud de la que no hay retorno.

...Obligarse a permanecer en el exilio. Nacer de espaldas al pasado"

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Verónica Gsm
Fanática de la utopía y cursi de clóset. Nómada. Creo en lo que no cree casi nadie y desconfío de aquello en lo que creen muchos. Mi alter ego se llama Violetta. Nunca me he enamorado a medias; me enamoro o no y cualquiera de las dos, se me nota. Algo Facebookera pero muy Twittera. Me gustan las historias ajenas y las frases sueltas. No corro, no grito y no empujo. Terca como mula y aferrada como capricornio. Cuando el mundo se me enreda, camino y si se me pone muy de cabeza, tomo una maleta y me voy a dar el rol. Tengo adicción por los mensajes de texto y/o las visitas inesperadas a deshoras de la noche; por NY, por San Cris, por los "chick flicks", por los libros de Angeles Mastretta y por los chocolates con mazapán de Sanborns. De vez en cuando practico el autoboicot. Escribir es el saco que me cobija y a veces ese saco le queda a alguien más.

Fologüers.