Del arte de dormir acompañado...
"DESDE ENTONCES LOS DOS DISFRUTABAN DURMIENDO JUNTOS. DIRÍA CASI QUE EL OBJETIVO DEL ACTO AMOROSO NO ERA PARA ELLOS EL PLACER SINO EL SUEÑO QUE VENÍA DESPUÉS DE AQUEL. ELLA EN PARTICULAR, NO PODÍA DORMIR SIN EL...EN SUS BRAZOS SE DORMÍA POR MAS EXCITADA QUE ESTUVIERA. EL LE SUSURRABA AL OÍDO HISTORIAS QUE INVENTABA PARA ELLA...TENIA EL SUEÑO DE ELLA TOTALMENTE EN SU PODER Y ELLA SE DORMÍA EN EL INSTANTE QUE EL ELEGÍA..."
MILAN KUNDERA
Uno de los placeres humanos más grandes es sin duda "Dormir". En lo personal, uno de mis momentos favoritos del día es justo cuando pongo la cabeza en la almohada, acurrucada entre mi edredón y suelto un suspiro de puro gozo de haber completado otro día de esta historia sin importar si fue bueno o malo.
Últimamente hay pocas cosas que me ponen tan de malas como no dormir bien o no dormir lo suficiente; se me trastorna el humor, evidentemente la energía, la concentración, y siento los ojos y el cuerpo pesados durante todo el siguiente día.
Ahora, eso de dormir acompañado es punto y aparte, y aunque suene "farol" lo cierto es que se requieren armonía y sincronía, y también es cierto que si estas se logran, el hecho de dormir con una persona en específico se puede volver una adicción; adicción del tipo "me queda grande la cama cuando no estás"
El sexo evidentemente implica intimidad, pero el sueño compartido es un grado de intimidad mucho mayor. Durante el sueño somos completamente vulnerables, estamos por un lado a merced del exterior y por el otro a merced de nosotros mismos. Durante el sueño no hay mucho que fingir. Hay quien habla, quien grita, quien patea, quien babea, quien ronca y un etc que les invito a completar según su propia experiencia.
Para dormir con alguien hay que hacer buen equipo, y eso más que cuestión de práctica, es una cuestión de compatibilidad. Hay que saber si a la persona le gusta dormir prensado al otro o más bien cada quien por su lado, hay que saber cosas tan simples como de qué lado le gusta dormir, en fin, detalles de alcoba.
El libro del cual saqué la cita que aparece al principio de este post -"La insoportable levedad del ser" de Milan Kundera- y como ya lo dije en otra entrada, es un libro que en lo personal me es muy impactante, demasiado evocador, pero ese párrafo en específico es todo menos mera coincidencia.
Conper... me voy a dormir a mi cama que hoy es muy grande.
El sexo evidentemente implica intimidad, pero el sueño compartido es un grado de intimidad mucho mayor. Durante el sueño somos completamente vulnerables, estamos por un lado a merced del exterior y por el otro a merced de nosotros mismos. Durante el sueño no hay mucho que fingir. Hay quien habla, quien grita, quien patea, quien babea, quien ronca y un etc que les invito a completar según su propia experiencia.
Para dormir con alguien hay que hacer buen equipo, y eso más que cuestión de práctica, es una cuestión de compatibilidad. Hay que saber si a la persona le gusta dormir prensado al otro o más bien cada quien por su lado, hay que saber cosas tan simples como de qué lado le gusta dormir, en fin, detalles de alcoba.
El libro del cual saqué la cita que aparece al principio de este post -"La insoportable levedad del ser" de Milan Kundera- y como ya lo dije en otra entrada, es un libro que en lo personal me es muy impactante, demasiado evocador, pero ese párrafo en específico es todo menos mera coincidencia.
Conper... me voy a dormir a mi cama que hoy es muy grande.
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