De cosas que dicen...

#Dicen que eso de las "aventurillas" es lo más parecido a un abismo enorme que se abre una noche, por unas horas y se cierra a más tardar a primera hora; como un mundo alterno en donde uno resulta, de manera natural, ser tal cual es.

Lo cierto es que también #dicen que cuando esas oportunidades se presentan, cuando la planeación no mete las manos y todo se resume a una serie de afortunados eventos desencadenados, no importa cual sea o no el estado etílico de los involucrados, al otro día es muy probable que los dos presenten lagunas mentales del tipo que uno presenta cuando se le pasó la mano con las cubitas. 

Ni qué decir de los flashbacks inesperados, esas imágenes vivas y a colores de cosas que no se le cuentan a nadie pero que de pensarlas te hacen sentir uno de esos agujeros estomacales más bien propios de un adolescente, pero que, como la varicela, pasados los veinti-tantos te dan con más fuerza.

Sucede que cuando dos universos conspiran y uno aparece de pronto en extrañas e inesperadas circunstancias, uno llega ahí en blanco, desarmado, sin tácticas de guerra, con los miedos bien amaestrados y en "mute" porque hay cosas que se basan en la premisa del "ahora o nunca" y se fundamentan en la adrenalina de una duda: Si uno de los dos brinca y le toma la mano al otro, no hay vuelta de hoja, ahí empieza un cortometraje.

#Dicen también que cuando los involucrados son un par de desconocidos el problema puede ser casi inexistente, se cierra el abismo y punto; pero si los de la historia son dos que se conocen, entonces sí, sin importar las circunstancias, aparece en mente la pregunta del millón...

And now, what?

Hay historias en las que esa pregunta se contesta con miedo, otras con incertidumbre y otras en las que es preferible ni pensar en ella y dedicarse exclusivamente a sonreír ofensivamente sin que los demás entiendan un carajo de lo que está pasando, incluso cuando en "los demás" pueda estar incluido uno mismo... 

...Dicen.


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Chocolates!

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Verónica Gsm
Fanática de la utopía y cursi de clóset. Nómada. Creo en lo que no cree casi nadie y desconfío de aquello en lo que creen muchos. Mi alter ego se llama Violetta. Nunca me he enamorado a medias; me enamoro o no y cualquiera de las dos, se me nota. Algo Facebookera pero muy Twittera. Me gustan las historias ajenas y las frases sueltas. No corro, no grito y no empujo. Terca como mula y aferrada como capricornio. Cuando el mundo se me enreda, camino y si se me pone muy de cabeza, tomo una maleta y me voy a dar el rol. Tengo adicción por los mensajes de texto y/o las visitas inesperadas a deshoras de la noche; por NY, por San Cris, por los "chick flicks", por los libros de Angeles Mastretta y por los chocolates con mazapán de Sanborns. De vez en cuando practico el autoboicot. Escribir es el saco que me cobija y a veces ese saco le queda a alguien más.

Fologüers.