De "El número Telcel que usted marcó....

Yo confieso que varios de mis "traumas" proceden de un pasado con fecha, pero el que ilustra esta entrada es algo que va más allá de mí y que provoca una reacción totalmente incontrolada en mi salud mental.


Odio con todas las fuerzas de mi corazón a la pobre mujer que tuvo el infortunio de grabar eso que dice "El número Telcel que usted marcó está ocupado". En automático se me revuelven las tripas, se me hacen nudo y me dan ganas de escupir bilis. Porque cuando uno escucha eso puede estar segur@ de que no le quisieron contestar. Aquí no entra el pretexto de "no lo escuché" ni el "Lo traía en vibrador o en silencio"; cuando uno oye esa grabación, puede estar segur@ de que el individuo o individua que te recetó estas 8 palabras lo hizo con el poder de su mano: Apretando la "fokin" tecla roja. 


En lo personal prefiero mil veces que no me contesten (Aunque eso también me remita al trauma fechado) porque como lo dije al principio, mi reacción ante la grabación no está en mi parte consciente y por ende no tiene nada que ver con quien me la receta. Tiene que ver con recuerdos emocionales no superados, como la mayoría de las reacciones viscerales de este mundo mundial...

Comentarios

  1. Seguramente hay un lugar especial reservado en el infierno para la mujer que grabó ese mensaje.

    Y otro para los que desvían las llamadas.

    Saludos.

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  2. Estoy completamente segura de que así es =)

    Saludos

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Verónica Gsm
Fanática de la utopía y cursi de clóset. Nómada. Creo en lo que no cree casi nadie y desconfío de aquello en lo que creen muchos. Mi alter ego se llama Violetta. Nunca me he enamorado a medias; me enamoro o no y cualquiera de las dos, se me nota. Algo Facebookera pero muy Twittera. Me gustan las historias ajenas y las frases sueltas. No corro, no grito y no empujo. Terca como mula y aferrada como capricornio. Cuando el mundo se me enreda, camino y si se me pone muy de cabeza, tomo una maleta y me voy a dar el rol. Tengo adicción por los mensajes de texto y/o las visitas inesperadas a deshoras de la noche; por NY, por San Cris, por los "chick flicks", por los libros de Angeles Mastretta y por los chocolates con mazapán de Sanborns. De vez en cuando practico el autoboicot. Escribir es el saco que me cobija y a veces ese saco le queda a alguien más.

Fologüers.