Del meollo de mi asunto y otras alucinaciones insomnes

El problema conmigo es que, como a los niños que están aprendiendo a caminar cerca de una escalera,  hay que ponerme obstáculos o rejas en el camino de regreso para que no termine descalabrada.

El mayor de mis dilemas es que nací con una memoria emocional que funciona tan mal que no sólo me acuerdo de todo lo que no debo, si no que a la menor provocación (Llámese canción, olor, lugar, fotografía o simil) doy la media vuelta y busco a los fantasmas de historias concluídas.

Le soy fiel a los recuerdos y mis lealtades y pasiones sólo necesitan una chispa para volver a encenderse con la misma fuerza que cuando sucedieron, aunque la intención sea tan inocente que en el fondo sepa que esa vuelta en "u" no va en realidad para ninguna parte.

El meollo del asunto es que soy mala con las despedidas y peor con el cierre de ciclos.

Así que son las 2:26 am y estoy aquí frente a este monitor, que gracias a todas las deidades no habla y que me ha visto escribir tanto y tantas veces, pensando que por primera vez en al menos 15 años mi corazón está vacante. No hay nada ni nadie a quien quisiera volver, ni hay nada ni nadie que me gustaría que volviera. Y a pesar de mis pasos en reversa que son más por melancolía que por deseo, noto que soy por primera vez en mucho tiempo, lo que se dice realmente LIBRE.

Y no me apena aclarar que extraño los días de adrenalina, las sensaciones que provoca la novedad de unos nuevos ojos, de un mensaje inesperado, de todas esas cosas que tienen relación directa con el cliché de enamorarse. Quizá por eso no suelto del todo, quizá por eso entro a ver si está "fulano" y le hago la plática, o reviso el perfil de "sutano" para ver en que anda; todo esto aunque en el fondo sepa que en ninguno de esos lugares, ni esas pláticas, ni esas fotos está lo que estoy buscando, porque todos esos de los que aquí pueda estar hablando no son más que pasado y yo de lo que tengo ganas es de futuro; de algo que todavía no conozco.

Y ni modo, en esta era de la "comunicación" hay que tomar medidas como borrar, bloquear, desaparecer, etc; lo que en la metáfora del principio de este texto, equivale a poner una reja en las escaleras de regreso.

Y ahora sí, ya me dió sueño.


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Verónica Gsm
Fanática de la utopía y cursi de clóset. Nómada. Creo en lo que no cree casi nadie y desconfío de aquello en lo que creen muchos. Mi alter ego se llama Violetta. Nunca me he enamorado a medias; me enamoro o no y cualquiera de las dos, se me nota. Algo Facebookera pero muy Twittera. Me gustan las historias ajenas y las frases sueltas. No corro, no grito y no empujo. Terca como mula y aferrada como capricornio. Cuando el mundo se me enreda, camino y si se me pone muy de cabeza, tomo una maleta y me voy a dar el rol. Tengo adicción por los mensajes de texto y/o las visitas inesperadas a deshoras de la noche; por NY, por San Cris, por los "chick flicks", por los libros de Angeles Mastretta y por los chocolates con mazapán de Sanborns. De vez en cuando practico el autoboicot. Escribir es el saco que me cobija y a veces ese saco le queda a alguien más.

Fologüers.