Del cumpleaños...



Estuve unos 45 min. dando vueltas por el cementerio de Montparnasse, entercada en encontrar la tumba de Julio Cortázar. Leí y releí el mapa del lugar muchas veces, caminé entre varias lápidas y nada, la de Julio no aparecía. En un panteón, la frase comparativa "famosos y simples mortales" se vuelve casi un chiste obscuro.

Seguro habrá quien piense ¿para qué buscar la tumba de alguien? la respuesta es: no lo sé, quizá me invadió el morbo de comprobar que al final, incluso los grandes se van. 



La tumba la encontré finalmente cuando de la nada apareció una mujer que me pareció ser otra visitante (seguramente frecuente) y quien me preguntó a quién buscaba y amablemente me guió hasta donde estaba mi objetivo. 


Siempre han habido momentos así en mi vida, gente que aparece de la nada, con un objetivo, y que desaparece de igual manera; ojalá esos momentos nunca se acaben.

En fin, que siga la fiesta aquí en donde todavía estamos algunos afortunados, allá a donde sin excepción vamos todos, que el final será el mismo, pero el camino está plagado de elecciones que, llegado el momento, para muchos, nos convertirán en mucho más que una lápida.

Feliz cumpleaños, Julio. Yo también ando sin buscar pero sabiendo siempre que ando para encontrar algo.




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Verónica Gsm
Fanática de la utopía y cursi de clóset. Nómada. Creo en lo que no cree casi nadie y desconfío de aquello en lo que creen muchos. Mi alter ego se llama Violetta. Nunca me he enamorado a medias; me enamoro o no y cualquiera de las dos, se me nota. Algo Facebookera pero muy Twittera. Me gustan las historias ajenas y las frases sueltas. No corro, no grito y no empujo. Terca como mula y aferrada como capricornio. Cuando el mundo se me enreda, camino y si se me pone muy de cabeza, tomo una maleta y me voy a dar el rol. Tengo adicción por los mensajes de texto y/o las visitas inesperadas a deshoras de la noche; por NY, por San Cris, por los "chick flicks", por los libros de Angeles Mastretta y por los chocolates con mazapán de Sanborns. De vez en cuando practico el autoboicot. Escribir es el saco que me cobija y a veces ese saco le queda a alguien más.

Fologüers.