De HER y el amor 2.0


"Justo ahora con tantos avances tecnológicos, casi todos encaminados a comunicarnos más y acercarnos más; es cuando más incomunicados estamos."

Edgar Osceransky


Hace algunas semanas tuve la oportunidad de publicar en el Sol de México, y en realidad fue una oportunidad porque me la regaló mi querida Celia Gómez Ramos a quien le estoy muy agradecida por ello y más.

En la segunda de aquellas dos publicaciones hablé del amor 2.0, y el fin de semana pasado me topé con una película que parece enmarcar mucho de lo que ahí escribí http://bit.ly/1cS2tm6

HER, la última película de Joaquín Phoenix (Actorazo, camaleón, pff), no es más que un posible escenario de un futuro que parece tan cercano que da miedo y risa a la vez. Me tocó escuchar a mucha gente riendo en el cine mientras yo pensaba "¿De qué carajos se ríen?", quizá porque el tema me es cercano en tiempo y situación, y quizá si yo hubiera sido ellos, en otro momento, también me habría reído.

HER es una historia de amor, de realidades, de esa realidad en la que hemos caído muchos seres humanos en donde nuestros compañeros más fieles tienen nombres como iPhone, Sony, Samsung, etc. Pero más que una historia de amor, es una historia de soledad que sostiene entre líneas la teoría de que no importa cuán apegados estemos a la tecnología y sus rápidos avances, en el fondo seguimos siendo tan humanos como para enamorarnos de una voz, de una idea. 

Samantha es el nombre de una mujer sin cuerpo, pero esa peculiaridad no impide que el personaje principal, Theodore, termine involucrándose con ella hasta el punto de perder la dimensión entre lo real y lo irreal. 

La "convivencia" diaria, el intercambio de ideas, de planes, de lo más cotidiano; la convergencia de las necesidades; la música; ese click que no tiene nada que ver con ningún dispositivo, puede generar una chispa tan incandescente como cegadora.

Hay un momento de la película en el que alguien le pregunta por qué está enamorado de ella y él responde "No tengo una repuesta racional para eso", Theodore es constantemente cuestionado sobre la realidad de sus sentimientos y sus respuestas pueden resultar bálsamo para las heridas de varios. Inclúyome.

En un mundo en donde todo tiende a ser mecánico, frío e impersonal, HER demuestra que en el fondo todos buscamos un Back to basics.

Nominada al Oscar como mejor película, HER no es para todos. No es una comedia, es más bien una mezcla entre romance y tragedia, es el dibujo de un panorama futuro tan desolador como posible, por lo que para no echárselas a perder, yo cerraría exactamente con la misma frase que cerré aquel texto en el periódico 

"El erotismo puede sin duda construirse y alimentarse en el mundo 2.0, pero el amor sólo se hace en la vida real."

We are safe and sound.

Comentarios

  1. 1.- Porque carajos no me enteré de que ibas a publicar en el sol de México :( *llora*

    Y

    2.- Coincido con alguien que te dijo lo mismo y no se quien fue, pero lo comentaste en tu programa de radio "es una hipsterada a todo lo que da" jajajaja la vi y si podría ser cercano, pero está muy cabrón desarrollar algún tipo de sentimiento, en algún dispositivo. Para mi eso solo es humano ¿que estamos mas alejados? eso si, no te discuto, pero así como ya desarrollar un sentimiento, está muy cabron.

    Mis conclusiones mi querida Gonsen jajajaja

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  2. Jajaja! pos hasta lo publiqué en FB, pero creo que fue cuando no andabas por esos lares.

    En cuanto a la peli, pos en gustos se rompen géneros. A mí me gustó la problemática de fondo, más allá de su "enamoramiento" del dispositivo, más bien el tema de la soledad y el aislamiento humano.

    Qué bueno que comentas, siempre me da gusto =)

    Abrazo

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Verónica Gsm
Fanática de la utopía y cursi de clóset. Nómada. Creo en lo que no cree casi nadie y desconfío de aquello en lo que creen muchos. Mi alter ego se llama Violetta. Nunca me he enamorado a medias; me enamoro o no y cualquiera de las dos, se me nota. Algo Facebookera pero muy Twittera. Me gustan las historias ajenas y las frases sueltas. No corro, no grito y no empujo. Terca como mula y aferrada como capricornio. Cuando el mundo se me enreda, camino y si se me pone muy de cabeza, tomo una maleta y me voy a dar el rol. Tengo adicción por los mensajes de texto y/o las visitas inesperadas a deshoras de la noche; por NY, por San Cris, por los "chick flicks", por los libros de Angeles Mastretta y por los chocolates con mazapán de Sanborns. De vez en cuando practico el autoboicot. Escribir es el saco que me cobija y a veces ese saco le queda a alguien más.

Fologüers.