I am 33 going on 34...
Desde antes de cumplirlos supe que el 33 era un número especial, pero quizá no es hasta ahora que estoy a horas de dejarlos atrás que comprendo qué tanto.
Este ha sido el año en que he aprendido más cosas, lo digo sin miedo, con la cara bien en alto y el corazón más fuerte que nunca. Nunca antes, en ningún otro año, este se me había roto tanto y de tantas formas, y aun así, no puedo más que decir que este ha sido uno de los años más maravillosos de mi vida.
Los 33 me enseñaron a soltar, a enfrentarme a mis más grandes miedos y demonios y a salir airosa sabiendo que soy mucho más fuerte de lo que había pensado.
Los 33 me recordaron que aún soy capaz de creer en lo imposible y de sentir hasta el tuétano, pero que por nada del mundo estoy dispuesta a sacrificar más de mí de lo que ya he puesto en juego, no más energía en lo que no fluye con naturalidad.
Los 33 me trajeron noches de desvelo y trabajo, viajes, reencuentros, desencuentros, encuentros inesperados. Me llenaron de magia y me vaciaron el veneno.
A los 33 abrí micrófono y les hablé a conocidos y desconocidos por primera vez, hasta que un día me dejó de temblar la voz.
Los 33 me demostraron quienes han estado y estarán por siempre y quienes estuvieron de paso, sin que ello los haga menos importantes.
Los 33 me trajeron mucha gente nueva, la lista crece, los lazos se fortalecen y es aquí cuando les puedo explicar a quienes me han preguntado qué ha sido para mí ser hija única que ha sido el trayecto más lleno de amigos y caras conocidas. Nunca me he sentido sola; este año menos que nunca.
Los 33 me dieron un susto grande y después me dieron el mejor regalo de este año, el negativo más esperado de todos.
A los 33 me enfrenté al dolor más grande, que quizá va a dolerme para siempre pero hoy me hace valorarla mucho más y estar agradecida para siempre con la vida por haberla puesto en mi camino y haber podido llamarla abuela, mi viejecita eterna.
Los 33 me dieron ganas de ir por más, de ir primero por mí y después por todos mis compañeros.
Siento una especial melancolía por lo que se queda en este año, pero una particular emoción por todo lo que viene.
Estoy lista; aprendí lo necesario de mis 33, aviéntenme los 34 sin piedad.
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