De cambios, rumores y el 2012...


Dicen que el 2012 será un año de cambios, de transición, un año definitorio del futuro de muchos y no definitivo en cuanto al final de todo y de todos, como se ha ido propagando cual chisme de vecindad.

La masiva interpretación errónea del pensamiento Maya radica principalmente en que para muchos, la palabra "cambio" sí implica el fin del mundo y pocos comprenden que esa palabra implica en realidad una nueva oportunidad. 

Son muchas las personas que no pueden acostumbrarse a tener la misma ropa más de 6 meses o a caminar sobre los mismos zapatos más de un año, sin embargo, son más las personas que deciden acomodarse en situaciones que no les son del todo placenteras ni satisfactorias única y exclusivamente por miedo a lo desconocido. 

Ejemplos sobran: Aquellos que no cambian de trabajo sólo por miedo a no encontrar a otro, aquellos que siguen casados "sólo por sus hijos", aquellos que nunca han salido del lugar en el que viven por miedo a lo que no conocen y así sucesivamente.

Quizá el 2012 no nos lleve a ver el famoso Juicio Final del que nos hablaron en el catecismo, pero si esa versión sobre el cambio y la transición es cierta, es probable que ese Juicio Final implique pararnos frente a nuestras propias decisiones, frente a la disyuntiva de preguntarnos si nos da más miedo "El fin del mundo" o el fin del mundo como lo conocemos.

A veces creo que las personas que no toman decisiones fuertes en su vida lo hacen porque alguna parte inconsciente les hace creer que la vida es eterna. Debo confesar que a mí también me ha pasado, pero si alguna de esas personas me está leyendo en este momento, me permito decirles que la vida es una y en realidad es corta. Lo que cada quien haga con la frase anterior ya es tarea personal.

Mi generación en particular se ha visto amenazada por el fenómeno de creer que seremos jóvenes por siempre. Los años de "reventón" se han extendido hasta más de los 40, nos conformamos con lo pasajero, con lo efímero y echar raíces es una tarea cada vez más complicada. 

Yo sí creo que el 2012 es un quiebre y me parece que es un quiebre necesario. En lo que a esta que escribe respecta, estoy llevando al "Año Nuevo" a ser distinto a todos los anteriores desde el minuto 1, llegó el momento de revalorarlo todo; pero esa... es otra historia.

Dejemos de hablar del fin del mundo pero no dejemos de esperarlo; vivamos cada día del próximo año y de los venideros como si se tratara del último. Tomemos decisiones, las que sean, siempre será mejor el movimiento y nada ni nadie más que el tiempo nos podrá decir si esas decisiones fueron acertadas. 

Y aunque faltan 13 días, les deseo un muy feliz año nuevo*


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Verónica Gsm
Fanática de la utopía y cursi de clóset. Nómada. Creo en lo que no cree casi nadie y desconfío de aquello en lo que creen muchos. Mi alter ego se llama Violetta. Nunca me he enamorado a medias; me enamoro o no y cualquiera de las dos, se me nota. Algo Facebookera pero muy Twittera. Me gustan las historias ajenas y las frases sueltas. No corro, no grito y no empujo. Terca como mula y aferrada como capricornio. Cuando el mundo se me enreda, camino y si se me pone muy de cabeza, tomo una maleta y me voy a dar el rol. Tengo adicción por los mensajes de texto y/o las visitas inesperadas a deshoras de la noche; por NY, por San Cris, por los "chick flicks", por los libros de Angeles Mastretta y por los chocolates con mazapán de Sanborns. De vez en cuando practico el autoboicot. Escribir es el saco que me cobija y a veces ese saco le queda a alguien más.

Fologüers.